martes, 9 de marzo de 2010

INVESTIGACIÓN

*El HELOCAUSTO.





A mediados del siglo XX se produjo en el imperio alemán, dirigido por Hitler la llamada solución final. Este término hace referencia a la mayor matanza de judíos en la historia mundial.
El artífice de tal atrocidad fue el nombrado anteriormente el canciller alemán Adolf Hitler que tenía un gran afán por ver aniquilados a esta minoría etnica; los judios. Aunque también mataba a discapacitados locos y homosexuales, aunque en menor medida.
Hitler llego al poder en Alemania en 1933 desde su comienzo Hitler obtuvo los tres poderes para dirigir Alemania: jefe del estado jefe del único partido legal en Alemania (nazi) pues todos los demás eran ilegales, así lo quiso Hitler y jefe del gobierno. Así Hitler tuvo toda la autoridad para hacer lo que quisiera en Alemania a así que poco después implantó una política antisemita en Alemania, esto consistía en rechazar todo aquello que tenía que ver con los judíos: su religión, sus costumbres, sus tiendas, etc. Pero este genocidio no solo tuvo que ver en Alemania sino también en todos los territorios conquistados por Hitler como Checoslovaquia Austria y Polonia, donde también se implantaron campos de exterminio.
Este racismo hacia los judíos era el rasgo más característico de Hitler, lo que provocó que antes de 1932 murieran 400.000.Pero lo peor estaba por llegar en 1942, en plena segunda guerra mundial se reclutaran en campos de exterminio 8auschwitz, treblinka…) murieran más de 5 millones de judíos en dichos campos. Esta atrocidad en dichos campos tiene un nombre la llamada solución final.
Adolf Hitler tenía especial predilección por esta minoría étnica porque les echaba la culpa de los males alemanes tras la decadencia económica anterior (crisis del 1929).Les tachaba de no ser personas, de ser ratas por lo que pensaba que tenía todo el derecho a degradarlas, maltratarlas e incluso matar, tan solo por una ideología racista.
Esta ideología jugó a su favor para llegar al poder por medio de elecciones, pues les dio un culpable del declive económico de 1929 a los judíos y así gano simpatía en la población. También les echaba la culpa de la derrota de la primera guerra mundial pues creían que los judíos se habían compinchito para retirarse en el frente se decía que había sido un complot por su parte.
El 24 de noviembre de 1938 en el periódico de las SS dirigido por nazis, tras la matanza del Gueto (noches de los cristales rotos) Hitler hace esta declaración:
“tendríamos que enfrentarnos a la necesidad irrevocable de exterminar el submundo judío del mismo modo que, bajo nuestro gobierno de Ley y Orden, solemos exterminar a cualquier otro criminal, es decir, con el fuego y la espada. El resultado debería ser la eliminación práctica y definitiva de los judíos que hay en Alemania, su aniquilación absoluta”
En esta frase se ve claramente la intención del caudillo aunque mucho antes se podía observar en su libro “Mein Kampf” (mi lucha) donde plasmaba su ideología y donde arremetía muy claramente con los judíos.

Para que este ambiente se produjera intervinieron varios factores políticos.
El régimen nazi fue un estado totalitario, esto quiere decir que todo estaba dirigido Hitler los tres máximos poderes. Era una dictadura, es decir, un régimen en el que no se respetaban las libertades de las personas y en que estas no intervenían en la elección de los gobernates. Pero esto iba mas allá el partido nazi controlaba todo los aspectos de la sociedad.
Al Hitler ilegalizar todos los partidos alemanes controlaba todo los resortes del poder y la administracion. Se le nombró fürer al que pensaban que había que obedecer y él que siempre tenía la razón.
Para mantener a raya a la población implantó un estado policial. Pero no solo bastaba con tenerlos controlados sino también meterles miedo, eso lo hizo mediante la propaganda y la publicidad. Por ejemplo el cine, medios de comunicación y la propaganda estaban manipulada a favor del führer. Aunque donde más se centro fue en la educación donde nacieron las juventudes hitlerianas, en la cual se controlaba la educación de los niños a favor de la ideología racista nazi.
El resultado de tal control fue que no resurgiera ningún tipo de represión. Esta política sedujo a gran parte de la población. Desde conservadores y tradicionales que le daban gracias de haber acabado con la republica, asta en las clases populares pues había solucionado el paro y la crisis económica. Aunque es difícil saber cuántos estaban a su favor y cuantos tenían miedo a manifestar su posición política por las represarías.
La autarquía se convirtió en el gran objetivo económico, de forma que se crearon muchas industrias nuevas, que fabricaban artículos que antes se traían de otros países. Esto con el único objetivo es lograr que el país produzca todo aquello que necesita para evitar las importaciones al extranjero.
Esto fue lo que provocó la permanencia de dichos crímenes contra las minorías étnicas, que llevo a la supremacía de la raza aria según Hitler: hombres altos de pelo rubio y ojos azules.
Gracias a testimonios como el de Aizikl Machabanski se puede entender mejor la situación vivida en Alemania desde1933 hasta 1945:
En 1943 fui deportado a Auschwitz. Eramos entonces cas 14.000 seres humanos pero cuando llegamos, inmediatamente en el andén, se realizó la primera selección y de mi transporte quedaron 1.500 hombres y los demás, desafortunados, fueron enviados directamente a las cámaras de gas. Tuvimos que desnudarnos completamente, nos quitaron las ropas, fuimos conducidos al baño y rasurados en todo el cuerpo. Por falta de espacio, permanecimos en cuclillas por trece días y noches en un desván y con un techo tan bajo que no nos podíamos incorporar.
El alimento era muy escaso y dado el estado en que nos encontrábamos, nos convertimos en “animales devorando comida”.
Después de 13 días fuimos llevados afuera, debíamos permanecer de pie mientras jefes de la SS elegían a los más fuertes para trabajar. Fuí enviado a las minas de carbón donde me dieron el traje rayado, el uniforme. Allí nos condujeron desde el sector principal de Auschwitz. Cuando bajamos del carro nos golpearon furiosamente y al día siguiente tuvimos que empezar con el trabajo debajo de la tierra.
Nuestro ritmo diario era siempre el mismo. Nos levantábamos a la madrugada, buscábamos el café con 200 gr. de pan por persona y sometidos a golpes, comíamos, para ser luego conducidos a los pozos, donde nos golpeaban sin razón y con un odio demoníaco e indescriptible. En las minas no había SS sino civiles alemanes, allí trabajábamos de 6 a 16 horas.
De regreso al campo nos dejaban bañarnos para luego, y bajo los golpes, tener que arrastrar pesadas piedras, sin ningún objetivo, solo por sadismo, de un lado del patio al otro hasta las 18 horas y finalizar con una sopa aguada, que era toda nuestra comida.
Tampoco la noche era tranquila. Por pura vejación y humillación, nos bajaban de los catres para arrastrar piedras, o golpearnos. El odio era indescriptible, los domingos también teníamos que trabajar. Recuerdo uno de esos días en el que remolcamos un pesado cable de 600 metros de longitud; como la orden del Kapo no fue entendida por nosotros, ya que estabamos muy lejos, éste quería matarnos. Yo me ofrecí entonces para colaborar y retransmitir la orden, por lo que me golpeó con su puño en el ojo, y mi cara se cubrió de sangre.

Aún estando muy enfermo, me presentaba a trabajar por temor a ser “eliminado”. Cada par de semanas había selecciones, los enfermos o débiles eran asesinados, pero a nosotros nos decían, para engañarnos, que eran enviados a “recuperación”.
Por el desván en el que pasé 13 días en cuclillas, ubicado a metros de la cámara de gas, y por una rendija, veíamos la llegada de los transportes franceses y oíamos el llanto desgarrador de las madres con sus niños mientras eran conducidos a las cámaras de gas.
¿Cómo puedo describir nuestro sufrimiento? Fuimos víctimas y testigos directos de estas escenas de muerte. Hay un sufrimiento del alma que nunca podrá expresarse en palabras.
A principios de 1945 fuimos conducidos a pie fuera del campo en dirección a Gleiwitz, en una “marcha de la muerte”. Hubo una terrible tormenta de nieve y no nos dieron nada para comer. Moríamos de hambre y sed, pero quien intentaba levantar un poco de nieve para mojarse los labios era fusilado en el acto. Era una escena siniestra, a los costados de la carretera yacían cientos de muertos.
Por la noche fuimos conducidos a una fábrica de ladrillos, en la cual tuvimos que esperar hasta la madrugada sentados en el suelo, hasta que nos dirigieron a Rauden donde llegamos al mediodía. Allí logré, junto con un jovencito llamado Markovich, escapar a una granja. Yo logré sobrevivir, pero el joven fue descubierto y fusilado.
Permanecí en los bosques, donde viví escondido hasta que los rusos me liberaron como esqueleto vivo.
Luego de mi liberación me quedé en Alemania hasta el año 1951 cuando logré emigrar a la Argentina. En 1947 me casé, y tuve dos hijos, Jaim Lipman y Enrique.
Aún hoy, soy un hombre sufriente, que no puede olvidar las humillaciones, el hambre y los castigos que padeció a manos de los nazis. Pero conservo la fe y la esperanza en un mundo mejor.

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